-En Bilbao, en el 74, le dije a Manolo Chopera que me retiraba. Por la tarde corté tres orejas y le volvía a decir: "Manolo, este año me retiro". Y llamé a mi mujer y se lo dije. No se lo creía. Y no quise volver porque quería dejar un recuerdo bueno para los aficionados.
-¿Daría todo lo que tiene ahora por volver a vestirse de luces?
-(Sonríe y mira al vacío) Sí, sí. Daría hasta el último euro por volver a empezar. Claro, con la edad con la que lo hice; no con la que tengo ahora.
-¿Qué recuerdos tiene de aquellos comienzos?
-Empecé sin caballos por la sierra de Huelva. La primera novillada con picadores la toreé en Vistalegre, en Madrid, cuando la llevaban los Dominguín. Vine a Sevilla. No tuve mucha suerte. Y luego debuté en Barcelona. Estuve muy bien, tuve mucho cartel allí y toreé mucho en esa plaza tanto de novillero como de matador. Y luego ya de matador fue todo seguido, de tirón.
-¿Cómo fue aquel día de la alternativa?
-Toreé con Luis Miguel y Gregorio Sánchez de testigo y los toros fueron de Arellano y Gamero Cívico. Y entonces me echaron uno para atrás y maté un sobrero de Escudero Calvo, lo que tiene ahora Victorino.
-¿Vivió aquella tarde con unos nervios especiales? ¿Sucedió algo reseñable aquel día?
-No. No.Únicamente que no tuve mucha suerte y que los toros no fueron buenos.
-¿Qué supuso la Maestranza en su carrera?
-En Sevilla salía a darlo todo. Era un sitio clave para ganar corridas.
-¿Cómo encuentran ahora el toro y el toreo?
-El toro era antes más terciado, más bonito, más pequeño, pero tenía más motor, repetía mucho. Y de toreros veo chavales que torean muy bien y tienen valor.
-¿En su época las figuras tenían las contrataciones firmadas antes de comenzar cada temporada?
-No. Los que tenían más cartel comenzaban en Castellón, Valencia y Sevilla. A los triunfadores se les esperaba en Madrid. Si tenían suerte se ponían en dinero y en corridas y en caso contrario se estancaban. El resto de empresarios esperaban para sus carteles a lo que sucedía en San Isidro. Si estabas arriba y eras uno de los triunfadores los propios empresarios te querían poner nuevamente. Pero todo esto camba antes de los 70.
-¿Quiénes son los toreros que más le gustan?
-Lo que veo es en las corridas televisadas y en reportajes. José Tomás se pone en un sitio que cuesta trabajo y torea muy bien con la mano izquierda. Donde se pone le tropiezan muchas veces, pero de lo cerca que se los pasa. Perera anda muy bien. Cayetano torea con gusto. Y muchos otros. Nos tiraríamos hablando de ellos todo el día.
-¿Y de los de su época?
-Hubo muchos muy buenos. Pero es mejor no dar nombres para no que no se enfaden, no sea que me deje a alguen fuera.
-¿Y de los anteriores?
-Pepe Luis y Manolo González. Toreros sevillanos.
-¿Quién sería el Diego Puerta de nuesta época?
-Yo no sé. Sería el público quien debe decir si hay alguno que se parece a mí.
-Fuera de los ruedos, ¿que es lo mejor y lo más duro que ha vivido?
-Lo mejor, sin duda, mi familia. Tener los hijos que he tenido -Guadalupe, Rocío, Diego, María Dolores, María José y Pedro-, mis diez nietos y mi mujer, a la que la tengo admiración. Y la verdad es que hasta ahora no he tenido apenas problemas en mi vida. Me he dedicado al campo y a mis cosas. Yo he ido siempre por derecho y creo que así te salen siempre las cosas bien.